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El Metaverso plantea muchas dudas, relacionadas con los distintos elementos que encontramos en el mundo real y que tendrán que ser traducidos al espacio virtual. La moda, el arte, las relaciones sociales o los viajes tendrán un nuevo significado en el Metaverso, y lo mismo sucederá con la arquitectura. Porque los espacios del Metaverso requieren de un diseño tridimensional que imite la realidad a la vez que tiene en cuenta las particularidades, necesidades y posibilidades del Internet en tres dimensiones. ¿Serán capaces los arquitectos de reconvertirse hacia el diseño arquitectónico digital? ¿Cuáles serán las principales particularidades de la arquitectura en el metaverso?
Las 3 dimensiones del Metaverso, un campo ya conocido para los arquitectos
Si lo pensamos bien, lo cierto es que los arquitectos ya están acostumbrados a trabajar con modelos 3D, incluso desde antes de que todo esto se hiciese de manera digital. Antes de poner en marcha un nuevo proyecto, el arquitecto dibuja por ejemplo un edificio teniendo en cuenta todas sus dimensiones (alto, ancho y profundo). Además, a día de hoy es de lo más común utilizar en los estudios de arquitectura programas informáticos en los que el arquitecto puede diseñar la construcción para observarla en 3D, analizar que todo quede correctamente o presentarlo a un cliente.
Por todo esto, los arquitectos ya están en realidad preparados para trabajar en el diseño de espacios virtuales tridimensionales. Además, este no es el primer atisbo de reconversión en la industria. En los inicios del teatro, algunos arquitectos ya se reinventaban para crear los mejores y más realistas decorados. Así, el arquitecto es capaz de combinar la funcionalidad con la estética, algo que será básico en el Metaverso.
Pero aunque todo esto haga que el paso al Metaverso parezca sencillo para la arquitectura, es importante comprender el cambio de enfoque. Ya no se trata de crear modelos virtuales para saber cómo serán en la realidad, sino que el propio propósito es ese modelo digital. Y en el mundo digital, las necesidades serán muy diferentes.
Necesidades y oportunidades arquitectónicas del mundo virtual
La arquitectura en el Metaverso debe de tener en cuenta que nos encontramos ante espacios interactivos, parecidos pero diferentes a la vez de los reales y con sus propias características. En este nuevo universo el ser humano se convierte en avatar, por lo que sus necesidades son diferentes y por tanto la funcionalidad de los espacios también lo es. Un avatar no siente cansancio, no necesita comer, ni beber, no tiene frío ni calor. Tampoco es necesaria la luz real del sol para tener luminosidad en un espacio, ni un vehículo para transportarse, ni una alfombra para evitar el frío en los pies.
Si tenemos en cuenta todo esto, no serían necesarios sofás, camas, ventanas, garajes, chimeneas, ventiladores, grifos, etc. Pero esto es solo a nivel funcional, porque si queremos representar un espacio que simule la realidad para el usuario, estos elementos sí tienen sentido. Por eso hay que ver las cosas, los espacios, de una manera totalmente nueva. Ya no nos preocupará si una ventana está orientada al norte o al sur, pero sí lo que se ve a través de esa ventana, la interacción que nos permite o en qué contexto o escena va a aparecer. Quizás una cocina no nos permita cocinar, pero sí jugar a un juego de cocina integrado en el espacio arquitectónico. No se trata ya de una nueva forma de diseñar o unas nuevas herramientas, sino de una nueva manera de pensar y entender el mundo.
La comercialización de construcciones y espacios virtuales en el Metaverso
Otra duda importante es cómo se comercializarán estos espacios virtuales. Es decir, una vez el arquitecto los crea, ¿quién los comprará? ¿Quién podrá disfrutarlos? Lo cierto es que los interesados en adquirir o construir espacios pueden ser de distinto tipo. Por un lado, podemos encontrar negocios que quieran un espacio para su tienda virtual y por tanto necesiten una arquitectura específica. Lo mismo sucederá con universidades o academias que necesiten un espacio de aprendizaje, empresas que quieran tener sedes virtuales de teletrabajo, galerías de arte que necesiten un espacio en el que exponer sus obras, empresas de videojuegos que quieran un entorno para sus jugadores, etc.
También encontraremos los espacios públicos, que podrían correr por cuenta de grandes ciudades que quieran promocionarse (por ejemplo, una réplica del Golden Gate, una ciudad de Madrid al completo o una Tour Eiffel). Pero estos espacios públicos también podrían estar en otros casos en manos de los propios proyectos de Metaverso. Por ejemplo, Decentraland o el Metaverso de Facebook podrían tener sus propios arquitectos para crear espacios comunes que atraigan más usuarios, más empresas y, por tanto, más negocio.
En cualquier caso, la comercialización de este tipo de activos podría realizarse a través de NFT (Non Fungible Token) al igual que sucede con obras de arte y otros activos digitales similares. Sin duda, parece que esta será la moneda de cambio en los distintos Metaversos.
En definitiva, el Metaverso abre una gran oportunidad de creación arquitectónica y necesitará de un gran número de arquitectos que creen espacios cómodos, funcionales e interactivos. Pero también plantea retos a estos profesionales, que tendrán que adaptarse a un nuevo enfoque y modificar la manera en la que perciben el espacio. Construir para el mundo digital, para avatares en lugar de personas físicas, será todo un desafío para la arquitectura.