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Hace poco menos de un mes, el presidente ejecutivo de Meta, Mark Zuckerberg, hizo saber a los empleados de la compañía a través de una reunión interna, que un nuevo problema se presentaba ante ellos: Apple.
Tanto es así, que Zuckerberg les habló de una “competencia filosófica profunda” entre la empresa de Cupertino y Meta, en relación al futuro y al espacio tan ansiado y codiciado por los grandes gigantes tecnológicos en el nuevo mundo que engloba al metaverso.
Según recoge “The Verge”, el único medio especializado que tuvo acceso a la grabación de dicha reunión, las declaraciones de Zuckerberg surgieron a raíz de la pregunta lanzada por uno de los miembros del equipo. Esa persona quiso conocer de qué manera Meta se vería damnificada tras el lanzamiento de dispositivos de realidad virtual y aumentada por parte de la empresa de cupertino.
Apple, se corona como el adversario por excelencia
Os preguntaréis: ¿Por qué surgió esta preocupación? Recordemos que Tim Cook, el sucesor de Steve Job, hizo público un nuevo proyecto dentro de la compañía. Depositarían gran parte de sus esfuerzos en fabricar un visor de realidad virtual y aumentada con cierta semejanza al ya creado por Meta: Oculus.
Ya no sólo, trabajarían en un dispositivo que supondría una competencia directa a la compañía de Zuckerberg sino que además, las funciones tecnológicas que presentarían, presuntamente, serían más avanzadas que las de Meta, ya que las pantallas tendrían más resolución y serían capaces, ya no sólo de detectar los movimientos corporales del individuo sino también, los de los objetos que les rodeasen.
Una amenaza que ya está a la vuelta de la esquina porque la manzana mordida tiene claro que la presentación tendrá lugar en apenas unos meses: entre finales de 2022 o principios de 2023.
Ante el peligro incipiente, el padre de Facebook ya tiene muy presente que Apple será un gran adversario pero que la diferencia entre ambas compañías, y su éxito o su fracaso, lo determinará un factor externo: la dirección que tome internet.

Metaverso: Meta y Apple, las dos caras de una moneda
Queda más que claro dónde podría haber una cierta similitud, en cuanto a tecnología, por parte de ambas empresas: en su hardware.
Pero si bien es verdad, los intereses filosóficos de Meta y Facebook son polos opuestos. La empresa de Cupertino aboga por un ecosistema más cerrado y exclusivo, en tanto y cuanto, todos sus dispositivos están conectados entre sí sin cabida para aquellos que no sean de la firma y, por ende, su precio es superior.
Por el contrario, las inquietudes e intereses por parte de Meta se centran en desarrollar un ecosistema completamente descentralizado, promoviendo soluciones abiertas dentro del metaverso que se usen indistintamente a la empresa que las respalde.
Y Zuckerberg está plenamente convencido de que: “Esta es una competencia de filosofías e ideas, en la que creen que al hacer todo ellos mismos y al integrarse estrechamente, construyen una mejor experiencia para el consumidor”.
En efecto, la dirección que parece que tomará Apple es la descrita por el padre de Facebook pero no hay que ser un visionario para tener dicha certeza.
Según distintos expertos, la empresa de Cupertino, no crea nada nuevo pero ha tenido, y sigue teniendo, la capacidad de democratizar “gadgets”. Así lo demostró con los teléfonos, las tablets, los relojes digitales o los auriculares inalámbricos, motivo por el cual, su entrada en el metaverso supondrá una auténtica revolución ya que se corona como una de las pocas empresas que consigue movilizar a una masa de fanáticos que viven por y para estar a la última de las novedades tecnológicas de Apple.
Estos antecedentes y la presente guerra tecnológica por el metaverso, no hacen más que avivar la mala relación entre IPhone y Facebook. La gota que colmó el vaso, fueron las nuevas herramientas de privacidad que puso en práctica la compañía de la manzana, ya que imposibilita que las redes sociales, como pueden ser Facebook o Instagram, no sean capaces de rastrear al usuario fuera de sus plataformas.
Un hecho, que ya ha afectado muy negativamente al negocio publicitario de Zuckerberg, hasta el punto de enfrentarse a pérdidas millonarias: rebasan la escalofriante cifra de 10.000 millones de euros.
Ahora sólo queda esperar porque el juego no ha hecho más que empezar.
¿Quién ganará la batalla?