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A estas alturas ya mucha gente ha probado lo que es trabajar en el metaverso. Ponerse las gafas VR, trasladar el escritorio a la realidad virtual, y ponerse a trabajar como cualquier otro día. Aunque parezca algo sencillo e incluso cómodo, la realidad es que no lo es.
Miles de personas están de acuerdo en que el metaverso tiene potencial para ser el lugar de trabajo ideal, pero también están de acuerdo en que actualmente la realidad virtual no es una opción viable para trabajar 8 horas al día (ni mucho menos).
Aun así, varias empresas que han invertido en Meta se han visto obligadas a incorporar la realidad virtual en el lugar de trabajo. Estas empresas quieren asegurarse de que el metaverso de Mark Zuckerberg realmente funciona, así que están regalando gafas VR a sus trabajadores a la vez que hacen reuniones virtuales.
En unos momentos descubrirás por qué la mayoría de estos “trabajadores-virtuales” están odiando la experiencia que les ofrece el metaverso, y qué tiene que cambiar para que la realidad virtual se convierta en algo placentero en vez de una pesadilla.
El Objetivo de Zuckerberg
Mark Zuckerberg ha hecho un gran esfuerzo por convertir al metaverso en la central mundial del entretenimiento. Apoya a creadores, ha creado un mercado para videojuegos en VR, y cada mes añade más entregas a su famosa “Quest Store” para que los usuarios del metaverso se entretengan.
Pero la cosa no se queda ahí. La tecnología ya forma parte del lugar de trabajo moderno, y mucha gente trabaja a distancia o con horarios híbridos. Así que, si hay tanta gente trabajando desde casa, ¿Por qué no iban a poder hacerlo desde el metaverso?
La respuesta a esta pregunta ha sido la creación de Horizon Workrooms, una herramienta para poder conectarse con otros trabajdores y compartir ideas y proyectos. Y como bien mencionamos al principio de este artículo, varias compañías han empezado a usar esta aplicación para comprobar si el metaverso tiene futuro en el lugar de trabajo.
Una de estas empresas es Accenture, una de las mayores consultoras del mundo. Sus empleados ya han probado el metaverso, pero la respuesta que han recibido de los mismos ha sido la peor que podían esperar.
La Pesadilla de Trabajar en el Metaverso
Mark Zuckeberg vendió el “trabajar en el metaverso” como algo increíble que será imprescindible para las empresas dentro de poco. Estas fueron sus palabras en el evento Connect 2022: “La sensación de presencia que se obtiene de la realidad virtual, incluso hoy en día, puede ser mejor que la que se obtiene en el videochat”.
Aunque el magnate asegure que la presencia en el metaverso es mejor que una videollamada, los trabajadores de Accenture no opinan lo mismo. Estas son las declaraciones de uno de los empleados que ha sido invitado a trasladar su mesa de trabajo a la realidad virtual:
“Estoy totalmente inmerso en el metaverso. Tengo puestas unas gafas enormes y luego tengo que quitármelas, buscar en mi teléfono el código de autenticación de dos factores que me han enviado, memorizar el número, volver a ponerme las gafas e intentar teclearlo”.
Empleado anónimo de Accenture
Esta queja se basa en que cuando te quitas las Quest automáticamente se ponen en modo reposo, y eso impide que puedas escribir cosas que tienes en la pantalla del móvil u ordenador. Además de eso, David Stern, fundador y CEO de la plataforma de podcasts Supporting Cast del Slate Group, tampoco han dudado en criticar la forma de trabajo en la realidad virtual:
“Te puedes olvidar cargar las gafas, tienes que esperar a las actualizaciones del sistema operativo, la instalación y actualización de nuevas aplicaciones, el inicio de sesión en las cuentas, la pantalla compartida entre el escritorio y las gafas… hay muchas cosas que pueden salir mal”.
David Stern
Como bien remarca Stern, la carga de las gafas es un punto muy importante. La batería de las Quest 2 suele durar únicamente entre 2 y 3 horas, imposibilitando así las largas jornadas laborales a las que estamos acostumbrados.
Otros trabajadores también dijeron que hay algunos problemas de accesibilidad evidentes, sobre todo para las personas con discapacidades como el mareo por movimiento. Y una vez que alguien entra realmente en su espacio de trabajo digital, los problemas no terminan.
Incluso el mero hecho de entender las señales y convenciones sociales básicas (gestos, expresiones, etc) es bastante difícil, así que la mayoría de los trabajadores del metaverso están de acuerdo en una cosa: Trabajar en realidad virtual todavía no compensa los (muchos) inconvenientes que conlleva tener unas gafas VR atadas a la cabeza.