Comparte este artículo
El internet ha pasado por muchas fases a lo largo de su corta vida. Todo empezó con los mensajes de texto. De la noche a la mañana aprendimos a escribir “cartas” que viajaban de un extremo del mundo al otro en cuestión de segundos. Fue un cambio radical en nuestra forma de vida, pero el progreso no se acabaría ahí. Seguimos desarrollando el internet para hacerlo más práctico, funcional, y eficiente.
A continuación vamos a pasar brevemente por las revoluciones que han construido el internet tal y como lo conocemos, y explicar por qué creemos que el metaverso puede significar su mayor cambio hasta la fecha.
¡Me ha llegado un WhatsApp!
En 2009 presenciamos el nacimiento de la mayor aplicación de mensajería que ha existido nunca. En vez de llamar y rezar para que el receptor estuviera disponible en ese momento, ahora podías dejar un mensaje instantáneo y esperar tranquilamente a su respuesta.
La mayoría de nosotros vivimos de primera mano la adaptación de negocios, familiares y amigos a esta nueva tecnología. No estábamos seguros del todo de cómo funcionaba aquello, pero sin duda parecía arte de magia. Tan radical fue la introducción de los mensajes de texto que WhatsApp consiguió 70 millones de usuarios en menos de dos años. Todo un récord.
Enviar texto fue uno de los primeros pasos del internet, pero pronto nos dimos cuenta de que queríamos comunicarnos mejor. Un mensaje difícilmente tiene expresividad, emoción o belleza. Simplemente no era suficiente, así que decidimos dar el siguiente paso en esta gran aventura: la imagen.
¿Lo Publico Ahora?
Poco después de ser lanzada, WhatsApp incluyó a las imágenes en su aplicación. En 2010 y 2011 nacieron Instagram y Snapchat, respectivamente. Con su llegada, nació una nueva moda: Hacer fotos y compartirlas en las redes.
Esta gran revolución permitió una relación mucho más cercana entre los usuarios de internet. Ahora podías ver de primera mano qué había desayunado tu pareja, donde habían viajado tus padres, o qué ropa habían elegido tus amigos para salir esa noche.
En este punto empezamos a encontrar las primeros indicios de “adicción” al internet. Sin duda se había convertido en el mayor sistema de entretenimiento del mundo, por delante de los deportes y toda clase de juegos. La gente nunca tenía suficiente internet, querían cada vez más y más contenido.
Las posibilidades que ofrecía esta nueva tecnología eran ilimitadas. Con millones de usuarios publicando a todas horas, podrías estar meses disfrutando de contenido nuevo sin repetir ni una sola vez.
Pero como todo gran cambio, nos acostumbramos rápidamente a él. Queríamos estar todavía más cerca de nuestros amigos, vivir experiencias más completas en el móvil y ordenador. Así que dejamos un poco de lado a la imágenes y empezó otra gran revolución: El vídeo.
TikTok y El Resto
Las imágenes pueden ser entretenidas, pero los vídeos lo son más. Bajo esta filosofía nació TikTok en 2016, dispuesta a acaparar toda tu atención mientras usas el móvil. Básicamente era un fuente ilimitada de vídeos y entretenimiento, construida alrededor de tus preferencias para que pasaras más tiempo enganchado.
Ahora el formato de vídeo predominaba en las redes sociales. Ya no publicabas las increíbles fotos de tu viaje al Caribe, sino que hacías un vídeo con todas tus experiencias y ponías de fondo la canción de moda.
Todas las plataformas se dieron cuenta de que la atención del usuario se había reducido gravemente. Ahora para captar la atención eran necesarios videos cortos, llamativos y entretenidos. Si no se cumplía ese criterio, el usuario dejaría el móvil casi de inmediato. Por lo tanto, en cuestión de meses se crearon los “Instagram Reels” y los “YouTube Shorts”, en un intento de cortar la emigración de usuarios hacia TikTok.
La Gran Revolución
El público pide más. La interacción de los vídeos está bien, pero podemos hacerlo todavía mejor. Aquí es donde entra en escena el Metaverso.
Esta última gran revolución promete ser el siguiente paso a los vídeos. Romperemos la barrera que nos separa, creando un mundo en el que podamos interactuar tocando y sintiendo a la persona que tenemos al lado en la realidad virtual.
El metaverso puede representar la cumbre de la tecnología e interacción social, la creación de un mundo paralelo en el que podamos habitar y llevar una vida parecida a la que tenemos ahora. Por ahora todo esto no son más que promesas. Pero en nuestro interior sabemos que la tecnología es imparable, y estamos seguros de que convertirá los sueños en realidad tarde o temprano.