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¿Te has parado a pensar en algún momento que, de aquí a cinco años, una de cada dos transacciones dentro del comercio electrónico, se liquidarán en blockchain?
Quizá es una tecnología muy novedosa de la que, probablemente, ni tu ni yo ni el 80% de la población, conozcamos una décima parte de ella, pero sin duda, está pisando fuerte en el sector económico y financiero.
Ocurrió lo mismo con las tarjetas de crédito hasta hace relativamente poco tiempo.
Para muchos comercios y clientes, era una realidad que distaba mucho de formar parte de su día a día mientras siguiera existiendo el dinero en efectivo.
Sin lugar a dudas, la Web3 transformará sustancialmente la forma de operar de los comercios electrónicos.
La adopción de pagos con criptomonedas será tan habitual como aceptar, por ejemplo, los pagos por medio de Paypal, Visa o Mastercard. Tanto es así, que aquellas tiendas más tradicionales, que se nieguen a adoptar este cambio, quedarán fuera del negocio.
Suena drástico, sí, pero es una realidad a la que tendrán que enfrentarse bancos, empresas y clientes.
Si quieres conocer los beneficios y oportunidades que trae consigo la blockchain y cómo responderá la industria, presta atención porque estás a punto de conocer todas las claves
La transformación del comercio electrónico con la Web3
Para poder comprender mejor este nuevo panorama, es necesario que conozcas los tres pilares esenciales bajo los que se sustenta la Web3.
Por un lado, tenemos la tecnología blockchain. Por el otro, que se basa en la DeFi, es decir, en el empleo de finanzas descentralizadas.
Y, por supuesto, no podemos olvidar la importancia y el papel fundamental de la Inteligencia Artificial, que por medio de algoritmos, permitirá un aprendizaje automático, de tal modo que, el comercio electrónico, podrá analizar a su cartera de clientes con mayor exactitud para ofrecerles experiencias centradas en el usuario.
Además, hay que tener en cuenta que la web3 es un sistema de naturaleza descentralizada, convirtiéndose en la plataforma ideal para un flujo de información inmediato y transparente, sin censuras reguladas por una autoridad central.
Las novedades y beneficios no se quedan ahí.
La presencia de intermediarios como Facebook (que se llevan “una parte del dinero de los usuarios”, es decir, sus datos personales, uno de los bienes más valiosos para cualquier empresa) quedarían eliminados.
Otro punto reseñable, es la mejora de seguridad y comodidad a la hora de hacer compras por internet, razón por la cual, el volumen de ventas aumentaría y animaría a los comercios a adoptar los pagos a través de criptomonedas.
Tanto para bien como para mal, todas nuestras transacciones serían públicas.
Blockchain: Nuevas normas para nuevas tecnologías
Con la aparición de la Web3, el comercio electrónico deberá renovar toda su normativa en relación al cumplimiento de los datos personales de los usuarios, incluyendo el Reglamento de Protección de Datos de la Unión Europea, un requisito imprescindible para ponerlo en funcionamiento ya que plantea cuestiones clave como la autentificación de la identidad sin mostrar información personal o sensible del usuario.
Pese a ello, el equipo que está detrás de la Web3, ya están experimentando su uso mediante las llamadas “pruebas de conocimiento cero” a fin de demostrar a la otra parte implicada, que posee información como, por ejemplo, la edad o la nacionalidad, pero sin desvelar los detalles.
Por supuesto, no será el cliente quien decida qué o cuántos datos personales va a facilitar.
Tan sólo ocurrirá en el momento en el que las empresas adopten una tecnología aplicable y los reguladores lo acepten. En cambio, posiblemente nada de esto ocurra salvo que exista alguien que argumente a favor de ello.
Teniendo en cuenta la gran variedad de posibilidades que ofrece la Web3 como la mejora reputacional, transparencia o gestión de costes, serán muchas las empresas que se unan a esta nueva revolución pero aún deberán esperar, porque por cada novedad y más, si hay dinero de por medio, tiene que haber unas normas y leyes que regulen el mercado y, por ende, mayor inversión en seguridad frente a los ciberdelincuentes.
Sin duda, es una tecnología que se hará realidad definitivamente a corto plazo pero en la que aún queda mucho por trabajar.
Y tú, ¿qué opinas al respecto?